Aquí tienes 20 ejemplos de solubilidad en diferentes sustancias:
- Azúcar (sacarosa) en agua.
- Sal de mesa (cloruro de sodio) en agua.
- Café soluble en agua caliente.
- Gasolina no polar en éter.
- Dióxido de carbono en agua con presión (soda).
- Alcohol etílico en agua.
- Aceite vegetal en éter.
- Acetona en agua.
- Vinagre (ácido acético) en agua.
- Tinta en agua.
- Sulfato de cobre en agua.
- Yodo en alcohol etílico.
- Detergente en agua.
- Amoniaco en agua.
- Tetracloreto de carbono en benceno.
- Cloruro de amonio en agua.
- Ácido clorhídrico en agua.
- Urea en agua.
- Glicerina en agua.
- Ácido sulfúrico en agua.
Estos ejemplos ilustran diferentes combinaciones de sustancias y su capacidad para disolverse en un solvente específico. La solubilidad es la medida de la cantidad de soluto que puede disolverse en un solvente a una temperatura y presión dadas.
De qué depende la solubilidad
La solubilidad depende de varios factores, como la naturaleza química del soluto y del solvente, la temperatura y la presión. Algunas sustancias son altamente solubles y se disuelven fácilmente en el solvente, mientras que otras tienen una baja solubilidad y pueden formar soluciones solo en cantidades limitadas.
¿Cómo se expresa?
La solubilidad se expresa en términos de concentración, como la cantidad de soluto en una cantidad dada de solvente o en relación con el volumen o la masa de la solución. Se pueden realizar gráficos de solubilidad que representan cómo varía la solubilidad de una sustancia con respecto a la temperatura o la presión.
Es importante tener en cuenta que la solubilidad también puede ser afectada por otros factores, como la agitación, la presencia de otras sustancias en la solución y el pH. Además, la solubilidad puede ser utilizada como una propiedad característica para identificar sustancias y para el diseño y control de procesos químicos, como la cristalización y la extracción.